Dirigida por Sean Penn, esta película narra la historia real de Chris McCandless, un chico que teniéndolo todo, a sus 22 años tras acabar la universidad decidió alejarse de la sociedad, deseparecer y su país hasta Alaska. La atractiva historia es bastante. Búsqueda de la libertad, del uno mismo interior. Creo que depende del tipo de persona que uno sea y el momento en el que se encuentre, esta película puede ser un coñazo o toda una experiencia. Yo llevo un tiempo obsesionado con la idea de viajar y conocer mundo (supongo que como todos en algún momento)... No se, tal vez por eso me haya calado tanto.
El peso actoral cae sobre Emile Hirsch, que si bien conocí y lleguó a parecerme petardo en Speed Racer (como para no) en esta cinta está genial. Lo hace realmente bien y ha conseguido enamorarme. Curioso descubrir en alguna escena lo bajito que es y los trucos que hacen para que en otras no lo parezca. También aparece Marcia Gay Harden, de la que hace poco también disfruté en La Niebla. Esta vez en su papel de madre snob (aunque no se ceban con el, y eso es de lo mejor) vuelve a estar genial. Además aparecen William Hurt (que empieza a ser como Morgan Freeman y Samuel L. Jackson, que aparece en todas las películas), Jena Malone (a la que recordaba de Donnie Darko) y Vince Vaughn (que no sabía muy bien que pintaría ahí hasta que vi su papel).
No me apetece soltar más el rollo... Solo recalcar que me ha gustado mucho la historia, el protagonista, los planos y la fotografía... Y que por eso ha conseguido colarse junto a las mejores películas que he visto este 2008. Ahora toca ver una de las que dan pereza...
Puntuación: 9
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